PONGALE LOS LIMITES A SU MAPA MENTAL

En el momento en que enseñaba a sus alumnos, que los principales factores de evocación para la memoria eran el énfasis y la asociación, el Dr. Tony Buzan tuvo conciencia del error que estaba cometiendo al utilizar apuntes lineales y sin esquemas, para su conferencia o cátedra.

No era lógico que se encontrara predicando sobre algo que él mismo no aplicaba adecuadamente ni cumplía a cabalidad, debido a que no contemplaba ningún método acorde a las necesidades para la recordación de una idea o concepto. Por esta razón decidió buscar que sus notas pudieran ayudarlo a destacar y relacionar temas, deforma que él las pudiera recordar apoyado en la captación de imágenes e interconexiones que ejecuta el cerebro según los estímulos que reciba.

Al unir el afán del Dr. Buzan por diseñar un modelo de memorización y su admiración por Leonardo Da Vinci, dio como resultado que Tony Buzan se inspirara en cuadros del artista para dar origen oficial a los MAPAS MENTALES, herramientas con las cuales dictaría a gusto sus conferencias con la certeza que estaría ejemplificando la teoría que difundía.

Los mapas mentales son esquemas que desarrolla el cerebro para plasmar información y facilitar su asimilación. Estos contemplan unas reglas que fueron establecidas por el Dr. Buzan, reglas que no deberían estar obligadas a aplicar a todos los mapas, puesto que podría ser contraproducente en algunas personas, al considerar que cada cerebro tiene ciertas habilidades más desarrolladas que le definen formas especiales de captación de un estímulo, por lo cual, cada persona debería crear sus propios parámetros de elaboración, sin dejara un lado las características esenciales de un mapa mental que no pueden ser suprimidas, el orden y la claridad.

Una vez instituidas las normas para procesar un mapa mental según las necesidades cognitivas de cada cerebro, se puede considerar un modelo a seguir que será útil en ocasiones en donde la mente se encuentra en un estado de confusión, mas esta clase de mapas no debe considerarse sólo como una solución para momentos difíciles o cortos de tiempo, sino como un material para que la interpretación sea más viable en cualquier situación que se le presente al intelecto.